Aunque nuestro cuerpo ha evolucionado mucho esa parte del cerebro no lo ha hecho, por lo que se activa cuando estamos frente a un peligro. Algunos de los síntomas de su activación son que el corazón bombea más rápido y la respiración se acelera, esto nos venía bien para correr más rápido. El problema viene cuando se activa sin que tengamos delante un peligro real, cuando nos dan las taquicardias y los ahogos por algo que nuestro cerebro considera un peligro, aunque no lo sea. Realmente los síntomas de la ansiedad y el pánico no son peligrosos ni mortales pero eso quien los sufre no lo sabe.
Las personas que tienen agorafobia tienen miedo a esas taquicardias y ahogos, miedo a que continúe hacía el ataque de pánico, en definitiva miedo a esos síntomas que creen que les acercan a la muerte.
Es una enfermedad bastante incapacitante pues el miedo les paraliza y les impide realizar actividades diarias que pueden estar relacionadas con salir al exterior y alejarse de su casa, del lugar dónde se sienten a salvo.
Personas que sufren esta enfermedad hay muchas, incluso pasan años sin salir de casa y sin pedir ayuda. Pero yo quiero aprovechar y animarles a que pidan esa ayuda porque sí se puede salir adelante, hay una terapia que está funcionando muy bien y que puede ayudar a quien la padece a superarla. Cierto es que los nervios van a estar ahí siempre pero se puede vivir con ellos y se puede tener una vida normal controlando la ansiedad.
Adelante!! Se puede salir!!
