Hoy es Martes de Carnaval.
El origen del Carnaval es muy antiguo,
pero si nos quedamos con su historia en la Edad Media podemos ver que las
fechas del Carnaval son anteriores al comienzo de Cuaresma, que es el Miércoles
de Ceniza. El Carnaval servía, entonces, para desfogarse antes de
respetar la seriedad y el recato de la Cuaresma que lleva a la Semana Santa.
Era el momento en el que se permitía bailar, disfrazarse, cantar y reír para
posteriormente guardar luto y respetar el silencio de los días posteriores.
Una de las actividades que caracterizan el
Carnaval es la posibilidad de disfrazarse, de vestirse con ropas que no
llevamos el resto del año. Al disfrazarnos nos convertimos en otras cosas,
personas y/o animales elegidos al azar en muchas ocasiones. Pero, ¿y si
elegimos nuestros disfraces con alguna razón psicológica? Por ejemplo, ¿y si me
disfrazo de superheroe porque quiero sentirme fuerte? Es decir, podemos
utilizar la elección del disfraz para preguntarnos ¿qué me gustaría ser? ¿qué
cualidades quiero tener y que no tengo en mi vida "real"? Pues nos
escondemos detrás de máscaras y ocultamos una personalidad para poner otra
encima. En ocasiones, son otros los que eligen nuestra máscara, ¿también eligen
nuestra vida real? Entonces, ¿debajo de qué disfraz estoy yo?
¿Quién soy y quien quiero ser? De esa
manera podemos darnos cuenta de aquellas cualidades que no reconocemos en
nosotros mismos, y que buscamos en un personaje que nos durará unas
horas,
¿Quién soy y quien quiero ser? De nuevo,
una herramienta más para conocernos mejor... Os invito a reflexionar...