Hace unos días, en una página de Internet conocida (Genial.com) leí lo que podría considerarse un remedio anti-enfados. Me pareció muy útil y una herramienta tan sencilla que no podía pasar sin compartirla.
Pasamos gran parte del día enfadados por diferentes situaciones que, vistas desde la calma, no tienen ninguna importancia pero que nos parecen cruciales. Este texto nos ayuda a desactivar esos enfados. Se trata de leerlo leer ante el espejo, dándole el énfasis y las pausas necesarias, para que podamos sacarle todo el partido que tiene.
Ahora, si estás enfadado/a, ponte ante el espejo y lee:
«Soy una persona tan importante que no puedo permitir que alguien actúe de acuerdo a su naturaleza, si ésta última no me gusta. Soy tan importante que si alguien me dijo o hizo algo que no era lo que yo esperaba, lo castigaré con mi enfado.
Oh, que vea lo importante de mi enfado, que sepa que es su castigo por haber actuado como lo hizo, después de todo ¡soy una persona muy importante! No valoro mi vida. A tal punto que me da igual gastarla estando enfadado/a. Me estoy negando de minutos de felicidad y de alegría porque creo que es mejor dedicárselos a mi enfado.
Y me da igual si los minutos se convierten en horas, las horas en días, los días en semanas, las semanas en meses y los meses en años. No siento lástima de pasar años de mi vida sintiéndome enfadado/a, y es muy simple porque no valoro mi vida. No puedo ver mi vida con otra lente.
Soy muy vulnerable, tan vulnerable que necesito cuidar mi territorio y ofender a todo el que ose traspasarlo. Me pondré un letrero en mi cara que diga: "Atención, perro rabioso" y, ¡ay de quien lo ignore!
Soy tan miserable que no puedo encontrar en mi ser una gota de altruismo para perdonar, ni un gramo de auto-crítica para reírme de mí mismo, ni una onza de generosidad para no prestar atención, ni hablar de un gramo de sabiduría para no obsesionarme, ni una pizca de amor para aceptar a los demás. Mira, te lo digo, soy una persona muy muy muy importante.»
Muy bien, y ahora cuéntame qué tal te ha ido el remedio. ¿Te has dado cuenta de lo absurdos que son la mayor parte de nuestros enfados?
Dedica más tiempo a sonreír y menos a enfadarte. Al contrario de lo que dicen, las risas estiran la piel... :)
Fuente: http://genial.guru/psicologia/te-sientes-molesto-con-alguien-entonces-imprime-este-texto-782/
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