Yo me encuentro ahora en esas aguas aparentemente estancadas, disfrutando de una calma que me permite dedicarme a lo que me apetece. He plantado varias semillas y espero su desarrollo. Pero como no puedo hacer nada para que crezcan seguras y rápidas las dejo crecer a su ritmo, mientras yo crezco también de otra manera.
Y ahí estoy, en un recodo del río, con movimiento en el fondo y con calma en la superficie. Ahora me toca este momento y lo aprovecho y lo vivo con intensidad. Escucho, leo, miro y camino despacio creando cambios en aquello que considero que se puede mejorar. Es así... Probablemente podría ponerme de los nervios porque no cambia nada, porque no tengo más trabajo o porque no siento el movimiento. Claro que podría enfadarme con la vida, pero no serviría de nada. No sé en qué momento las aguas volverán a enfurecerse, no sé cuando llegará y qué llegará, no puedo controlar la vida. Aunque quiera cerrar mis manos para pararla no puedo, aunque las abra más para empujarla no sirve de nada. Ya he gastado mi energía muchas veces en intentar controlarla, ya sé que no puede ser. Pues si no puede ser, la dejo que sea...
Si no puede ser me dejo llevar y disfruto del río como Baloo en esta escena de la película Libro de la Selva:
Si aunque me enfade y nade más rápido, el río no va a ir más rápido... Ya llegarán las aguas movidas y tendré ocasión de moverme con ellas. Ahora es ahora, este momento es lo que hay... Y eso vivo... Confianza y fe...
No hay comentarios:
Publicar un comentario