jueves, 3 de noviembre de 2016

Superar los 30 y eso...





Mañana cumplo 36 años. Fíjate, qué cosas!! Dejo atrás la rima del cinco y comienzo un seis que no sé si tiene rima pero que tendrá ritmillo seguro. Y cómo estoy? Pues muy bien, gracias. Con los efectos propios de superar los 30 años, pero me siento muy orgullosa de mí. Y ya es decir, porque a estas alturas no he cumplido los objetivos de vida que la sociedad ha marcado durante años. No estoy casada, no tengo hijos, no tengo estabilidad ninguna, no tengo casa propia, no tengo seguridad económica, no he viajado fuera de mi país, no he escrito un libro, no he plantado un árbol (en la E.G.B. eso no se estilaba)... A cambio tengo una pareja y nos amamos, una familia que me sostiene y me cuida, aventuras diarias y mucha curiosidad por la vida. Cierto es que sí he cumplido objetivos, y sigo cumpliendo. El último ha sido correr 6 kilómetros sin parar, tres veces a la semana para poder participar en carreras solidarias, y lo he conseguido. Ahora con casi 36, ya puedo correr un kilómetro por año vivido, ja ja. También he cumplido otros tantos: como tener titulación universitaria y otros tantos títulos que me han enriquecido como persona, aunque no lo hagan económicamente hablando...

El año pasado me preguntaban como se veía la vida con más de 30 años, y yo contesté que diferente... Totalmente diferente... Empecemos por los cambios físicos. A partir de los 30 y... aparecen dolores que no tenías: que si las rodillas, la cabeza, la espalda... Aparecen las canas (que ya pintan mis sienes y no, no me voy a teñir el pelo), ya detectas las primeras arrugas...

Pero lo mejor es que lo que opinen los demás ya te importa muchísimo menos que a los 20, je je... Por lo que puedes dejarte tus canas, tus arrugas y tu tendencia a engordar, de lado y disfrutar de tu madurez (si es que sientes que la tienes) Porque los treinta llegan pero no siempre se madura con ellos, a veces se hace a medias y otras ni se hace. Y esto ya es un producto de los cambios psicológicos y/o emocionales y/o espirituales de los 30 y... Aunque la autoestima sigue siendo oscilante (sobretodo en la mujer) empiezas a entender lo que significa amarse a una misma y el sentido del ridículo desaparece, en algunas ocasiones. En otras, aparece cuando ya la has liado parda pero ya está hecho y no se puede cambiar, así que a reírse tocan  je je...

La presión social sobre lo que ya tenías que haber conseguido es tremenda, por lo que comienzas  a ver como muchos de tus compañeros de clase ya tienen hijos e hipotecas. Y esto te hace preguntarte si no serás tú quien se ha equivocado de camino. A ver si estás yendo en otra dirección... Pues sí, estas yendo en otra dirección que mucha gente no entenderá pero si estás a gusto en ella ¿por qué cambiar? La vida da muchas vueltas y todavía eres fértil como para cumplir con los requisitos de ser mamá y esas cosas... Así que vivo feliz pensando que cuando llegue, llegará... Lógica aplastante.

Quizá lo más triste de superar los treinta es que empiezas a ser consciente de que el tiempo pasa... No solo porque por el camino ya hay seres queridos que han partido, sino porque empiezas a ver los efectos en tus padres. Ves sus manos, su cara, su postura... y ves los tuyos y piensas: pasa rápido ésto... Además, ya sabéis que cuando cumplimos años siempre hay alguien más mayor que tú que te dice: "cuando llegues a los taitantos verás cómo pasa el tiempo volando..." Y así pasan, como ya estás sugestionado pues se te van de las manos los días. Aunque yo pienso que para que esto ocurra ayudan mucho los comercios, por ejemplo:
ayer día 2 de noviembre ya estaban colocando adornos de navidad en algunas tiendas. Ains, qué prisas! Así ocurre, que se reduce el tiempo que queda hasta las festividades y da la sensación que la vida se mueve dentro del ciclo de los comercios pasando de todos los santos a navidad, para después san valentín, fallas y semana santa... Uff...

En cualquier caso, cumplir años está muy bien. No temáis superar los 30, es una edad genial para sentirte como si tuvieras 20 pero con más conocimientos je je... Yo estoy muy feliz por cumplir 36 añazos, de verdad...

lunes, 31 de octubre de 2016

El amor.


¿Cómo funciona el amor?

Creo que es uno de esos temas en los que cada uno de nosotros tiene una opinión diferente. La mía es que el amor funciona a base de paciencia, cariño, confianza y respeto. Esto significa sinceridad, no controlar, tener espacios propios, apoyar y empujar su crecimiento al mismo tiempo que empujas el tuyo. No concibo los celos como parte del amor, pues la persona que está conmigo lo está porque quiere. Cuando no me quiera se irá, como lo haré yo si dejo de quererla. No soy celosa ni quiero que lo sean. Confío en mí, soy lo bastante mujer como para que se quedes a mi lado y sea feliz. Pero si no lo es, la puerta está abierta. No somos uno, somos dos que compartimos la vida porque queremos.

Pero bueno, yo quiero compartir con vosotros este corto que muestra los principios del enamoramiento. Se llama "The Gift", está producido por Cecilia Baeriswyl y dirigido por Julio Pot. Es un cortometraje que ha sido seleccionado en más de 100 festivales internacionales.

Disfrutadlo, una sonrisa :)

Fuente: labioguia.com


lunes, 10 de octubre de 2016

El cuento de la vasija rota


Había una vez… un viejo campesino, el cual cada día andaba largos kilómetros para recoger agua de la que era la fuente más cercana, y transportarla a sus allegados. El hombre caminaba cada día portando a sus hombros dos vasijas, apoyadas sobre un palo.
Las vasijas, al igual que él, no era inmunes al paso de los años, y también habían ido envejeciendo y deteriorándose con el paso del tiempo.
Una de las vasijas había resultado más castigada con los continuos viajes del hombre y hacía tiempo ya que se había agrietado, lo que hacía que perdiera cada vez más agua en los trayectos. Cierto día, “la vasija agrietada” le dijo al hombre:
– No sé si te has dado cuenta de que hace ya un tiempo de que tengo grietas y que no sirvo para mucho… Mientras la otra vasija hace largos y largos kilómetros llevando toda la cantidad de agua que le echas, yo sin embargo pierdo cada día más de la mitad del agua por el camino. Creo que lo mejor para ti sería que me abandonaras y me cambiaras por otra vasija que hiciera la labor que tú te mereces.
El hombre se paró, dejó con delicadeza las vasijas en el suelo y le dijo a la vasija agrietada:
– ¿Tú te has podido fijar en lo que ha pasado desde que te empezaste a agrietar hasta la fecha de hoy?¿Te has fijado en el camino que juntos hacemos cada día?
La vasija se quedó pensativa por un momento y, resignada, contestó:
– No, yo solo sé que no sirvo para nada pues no soy capaz la única función que SE SUPONE que tengo. De verdad pienso que deberías cambiarme por otra.
El hombre la miró fijamente y le dijo a la vasija:
– Escucha atentamente, vieja amiga. Cada día, desde que te empezaste a agrietar por el lado derecho de mi hombro, por todo el camino que juntos recorremos, planté unas semillas, que como podrás comprobar no sólo me alegran el paseo cada día con los colores y olores que desprenden las plantas, sino que además han dado sus frutos y me permiten a mí y a otros recogerlos y llevar alimentos a nuestras familias.
¿Y gracias a qué? ¿Sabes a qué? Gracias al agua que tú misma has ido derramando por el camino. Debes estar orgullosa de lo que eres.
A veces nos castigamos a nosotros mismos por no hacer las cosas como antes y no nos damos cuenta de lo mucho que estamos haciendo igualmente. Pase lo que pase y el tiempo que pase, siempre serás maravillosa/o... Siempre...

martes, 7 de junio de 2016

Y si te esfuerzas en ser la mejor planta del jardín?


Aquí os dejo el enlace de un cuento que me gusta mucho y que os cuento en mi canal de Youtube. 




Además os dejo una reflexión: Qué tal si en vez de intentar ser la planta que no eres, pones todo tu empeño en ser la mejor versión de la que sí eres?

Eso se traduce en dejar de perseguir unas medidas corporales que nunca tendrás porque, anatómicamente, no estás diseñada para tenerlas. Dejar de vestir como las demás, cuando a ti no te sienta bien, pero es lo que se lleva. Dejar de ser la persona que no eres, dejar de ir con las personas que no te aportan nada aunque sean las más populares. Dejar de hacer lo que los demás dicen que tienes que hacer y ser tú, simplemente tú... Aceptar que tus "defectos" solo son diferencias, porque no somos patrones de una misma fábrica y no somos iguales. Aceptar que así, tal cual eres, eres maravillosa/o, genial, fantástica/o, divina/o y especial porque eres única/o. Y ser únicos es lo que nos hace especiales, diferentes, divertidos y misteriosos. Si todos/as fuéramos iguales el mundo sería muy aburrido, piénsalo...

Ahora qué, te animas a ser la mejor flor de tu jardín?:) 

miércoles, 1 de junio de 2016

Río que fluye...

Una vez leí, en unos textos que estaba estudiando, una comparación entre la vida y el curso de un río. De manera que se comparaban las situaciones de la vida con los diferentes estados y/o movimientos que encontramos en los ríos. Así, podemos encontrarnos en situaciones turbulentas como los rápidos, en situaciones tranquilas como las aguas calmadas y en situaciones de agua estancada. Siempre me ha gustado esta comparación porque me parece muy acertada. A lo largo del fluir de nuestra vida, en nuestro río particular, tenemos aguas bravas y complicadas, aguas calmadas en  las que nos dejamos llevar y, situaciones que parecen estancadas, pero que por debajo se están moviendo.


Yo me encuentro ahora en esas aguas aparentemente estancadas, disfrutando de una calma que me permite dedicarme a lo que me apetece. He plantado varias semillas y espero su desarrollo. Pero como no puedo hacer nada para que crezcan seguras y rápidas las dejo crecer a su ritmo, mientras yo crezco también de otra manera. 

Y ahí estoy, en un recodo del río, con movimiento en el fondo y con calma en la superficie. Ahora me toca este momento y lo aprovecho y lo vivo con intensidad. Escucho, leo, miro y camino despacio creando cambios en aquello que considero que se puede mejorar. Es así... Probablemente podría ponerme de los nervios porque no cambia nada, porque no tengo más trabajo o porque no siento el movimiento. Claro que podría enfadarme con la vida, pero no serviría de nada. No sé en qué momento las aguas volverán a enfurecerse, no sé cuando llegará y qué llegará, no puedo controlar la vida. Aunque quiera cerrar mis manos para pararla no puedo, aunque las abra más para empujarla no sirve de nada. Ya he gastado mi energía muchas veces en intentar controlarla, ya sé que no puede ser. Pues si no puede ser, la dejo que sea...


Si no puede ser me dejo llevar y disfruto del río como  Baloo en esta escena de la película Libro de la Selva:




Si aunque me enfade y nade más rápido, el río no va a ir más rápido... Ya llegarán las aguas movidas y tendré ocasión de moverme con ellas. Ahora es ahora, este momento es lo que hay... Y eso vivo... Confianza y fe...

sábado, 28 de mayo de 2016

Sé proactivo/a

Qué es ser proactivo? Pues es una manera de vivir, de ser. Consiste en intentar ver la parte positiva de todo pero desde uno mismo. Por ejemplo, te quedas sin empleo y piensas que la culpa es de la crisis. Bueno, ésa es una razón externa para tu situación, totalmente respetable. Pero, la persona proactiva no se queda con esa razón, sino que piensa: " Dejando de lado las reformas laborales, qué puedo hacer yo que me sirva para aprender en esta situación? Puedo ser más creativo y crearme un trabajo? Puedo ser más positivo? Qué puedo aprender yo de esta situación? Qué puedo hacer para sacar algo útil de todos esto?"

De manera, que la persona proactiva tiene la atención puesta en sí mismo no en la situación. Considera todo como una oportunidad para aprender a ser, para crecer.
Todos tenemos la tendencia de buscar responsables en la situación externa y esperar, por tanto, a que cambie. El proactivo no espera, actúa para nutrirse y crecer, siempre puede aprender algo. Siempre puede elegir y poner algo de su parte, a veces no podrá cambiar la situación, pero seguro que algo sacará de ella.
Para empezar a pensar de manera proactiva, qué podemos hacer? Pues cuando tengamos una preocupación podemos analizar si tenemos algún control real sobre ella. Si no podemos hacer nada siempre podemos trabajar para facilitarnos la manera de afrontarla. Y si resulta que nos damos cuenta que podemos hacer algo, pues manos a la obra que ya estamos tardando...

Resumiendo: sé proactivo/a my friend!! O al menos, inténtalo...

martes, 17 de mayo de 2016

El valor del valor


Hoy es 17 de mayo, es el Día Internacional de la LGTBfobia.

Hoy es el día en el que se vuelve a reivindicar que "salir del armario" en muchos países está castigado con la muerte y/o con penas de prisión.

Hoy se recuerda que, en el siglo XXI, la homofobia existe y sigue siendo difícil, en algunos entornos, amar libremente.

Hoy es un día para armarse de valor.

Y es curioso que, cuando le preguntas a una persona por sus cualidades pocas veces nombra el valor. La mayoría cree que no lo tiene, sin embargo para vivir se necesita mucho.
Para "salir del armario" se necesita valor, para atreverse a conocer lo desconocido también se necesita. Y para defender lo que crees justo, el valor es lo más necesario.

Se necesita valor para mirar a los ojos a otra persona y desnudar tu alma sin filtros. Se necesita para decidir qué camino escoger y defender tu elección. Se necesita para levantarse por las mañanas y buscar oportunidades de cambio. Se necesita incluso para votar por el partido que tú quieres, sin dejarte llevar por lo que opinen los demás.

Se necesita valor para tomar tus propias decisiones y para mantenerlas, caiga lo que caiga. Y se necesita para levantarse cuando se ha caído, confiando en tus propias fuerzas.

Se necesita valor para ser madre y para no serlo, para educar y para dejar ir al hijo o hija. Y sabes que una madre y un padre tienen ese valor aún cuando no lo crean.

Y sabes que tienes ese valor que te levanta por las mañanas y que te empuja a jugarte la ansiada estabilidad a cambio de una intuición. Sabes que puedes levantarte, aún cuando lo hagas sin darte cuenta. Sabes que puedes... Y si yo te pregunto si tienes valor, me dirás que no... Pero estás aquí, has dado el primer paso dejándote ayudar y eso ya es tener valor...

Porque tener valor no es no tener miedo, sino caminar a pesar de ese miedo. Aceptar los nervios, las dudas, las manos sudorosas, el corazón alterado... y con eso caminar.

Tener valor es lo que haces todos los días, es la fuerza que te empuja una vez más. Y sabes que lo tienes, yo sé que lo tienes...

Tal vez la próxima vez que te pregunte ya estés preparado/a para decirme que tienes valor... pero también miedo. Y no pasará nada...