martes, 11 de marzo de 2014

Agradecimiento

Llevo unos días practicando un ejercicio que me está resultando muy beneficioso: el ejercicio de la gratitud.

Cuando hablo de gratitud hablo de dar gracias, y cuando digo que estoy practicando quiero decir que, no es que yo no diera las gracias antes, sino que estoy dedicando más energía a agradecer todo aquello que no agradecía lo suficiente. Comienzo el día agradeciendo y lo acabo agradeciendo también, y empieza a funcionar.

Andamos tan ocupados todos con nuestra interesante y rápida vida que se nos olvida que agradecer también debería estar entre las ocupaciones del día. Es rápido, indoloro, sencillo y gratificante. Además atrae más de lo que has agradecido.

Pongo un ejemplo con el dinero, ese objeto que parece que nunca es suficiente, que siempre nos falta y que los demás siempre tienen más que nosotros. Como he dicho llevo unos días agradeciendo cosas, entre ellas el dinero. He agradecido el dinero que me han dado en mi vida, el dinero que me dan hoy, el que me gasto y el que me va a venir. Para mi sorpresa este fin de semana lo comencé con una cantidad y lo acabé con el triple de esa cantidad. Me llegó dinero que no esperaba y que no pensé recibir, pero llegó.

Hoy he empezado el día aprendiendo a agradecer las facturas que ya he pagado, porque tuve dinero para pagarlas, y el dinero que vendrá para pagar las siguientes. Y me siento muy bien.

Nos olvidamos con mucha frecuencia de la fuerza que tiene una palabra tan sencilla como: gracias.

Os invito a que lo probéis, yo ya os iré contando...

Gracias.