jueves, 28 de febrero de 2013

Invictus

Este poema acompañó y dio fuerzas a Nelson Mandela en sus cuarenta años de prisión.

Por encima del dolor y de la tristeza, más allá de todo lo que me arrebaten tengo algo que
no pueden arrebatarme si yo no se lo doy: la dignidad. 

Pueden arrebatarme mis derechos, pueden quitarme mis sueños, pueden quitarme los objetos materiales que me queden pero no podrán hacer que los mire a la cara y sienta que son superiores a mí.

 No podrán nunca ser dueños de mi alma, nunca tendrá precio suficiente para ellos. 
Soy Invictus... 

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